viernes, 6 de mayo de 2011

LA FORMACIÓN: DEL TÉRMINO DE SENTIDO COMÚN A ALGUNAS PRECISIONES EDUCATIVAS SOBRE EL CONCEPTO

Rafael Campo Vásquez.

. PhD. en Educación.
. Profesor Emérito Pontificia Universidad Javeriana.
. Ex Decano Facultad de Educación Pontificia Universidad Javeriana.
. Presidente y Miembro Fundador de la Academia Colombiana de Pedagogía y Educación.

Es común que al hablar de formación, nos referimos a ella como una vaga aspiración pedagógica, como exigencia legal o como cliché publicitario, pero no siempre como concepto bien definido. Todos estamos de acuerdo en su importancia y nos corresponde propiciarla con nuestro quehacer, a pesar que nos asombra a diario su misteriosa complejidad. Por eso, propongo intentemos entender mejor su significado educativo, a partir de lo más elemental: Consultar el Diccionario de la Real Academia Española.

Son muchos los aportes que contribuyen a la elaboración del concepto, desde la Filosofía, la Teología, la Antropología, la Sociología, la Psicología y la Pedagogía, los cuales tendremos en mente. Sin embargo, desde una perspectiva educativa, lo que más nos interesa precisar es ¿ Qué le ocurre a la persona con los aprendizajes promovidos por la enseñanza ? Es decir, con los valores, los conocimientos, las actitudes y los comportamientos que aprende.

En el Diccionario, encontramos tres palabras afines: Forma, Formar y Formación. Consideremos sus significados básicos, dejando de lado las definiciones especializadas, como las de la Arquitectura, el Derecho, la Geología y la Liturgia:

FORMA: Configuración externa de algo… Modo de proceder en algo… Molde en que se vacía y forma algo… Formato… Modo, manera. Forma de andar, de hablar… Estilo o modo de expresar las ideas, a diferencia de lo que constituye el contenido de la obra literaria… En la escritura, especial configuración que tiene la de cada persona, o la usada en un país o tiempo determinado…

Disposición física o moral para realizar una determinada actividad. Estar en forma. Estar en baja forma… Principio activo que determina la materia para que sea algo concreto… Principio activo que con la materia prima constituye la esencia de los cuerpos; tratando de formas espirituales, solo se llama así al alma humana… Principio activo que da a algo su entidad, ya sustancial, ya accidental… Maneras o modos de comportarse adecuadamente. Guardar las formas… Formular con exactitud o dar expresión adecuada a lo que estaba impreciso… Arreglar lo desordenado… Cumplir o ejecutar lo acordado… Dicho de una persona: Que tiene distinción y prendas recomendables. Hombre de forma… Indica consecuencia y resultado. Lo expuso muy ordenadamente, de forma que convenció... Conforme a las reglas del derecho y prácticas establecidas. Venga en debida forma. Pida en debida forma… Como es debido… Con formalidad… Bien y cumplidamente, con toda formalidad y cuidado.

Como podemos apreciar, el término tiene una gran variedad de significados; ciertamente van más allá del contraste que hacemos normalmente entre forma y contenido. Son veintiuna acepciones, desde algo tan concreto como molde, hasta algo tan espiritual como alma. Con razón tenemos confusiones al respecto, pero precisamente por eso, vale la pena hacer el ejercicio de aclaración.

Al analizar los diferentes significados, parece que la forma de algo, ante todo, concreta su manera de ser y de hacer; es decir, define entre varias posibilidades su esencia, su apariencia y la manera de comportarse. Cuando algo adquiere forma, deja de ser vago, indefinido y amorfo.

Así mismo, la forma se refiere a que algo está bien hecho y a alguien que se comporta correctamente, de la manera adecuada, conforme a las normas.

Además, nos damos cuenta de que, en cuanto a la generación de la forma, puede ser un principio activo inherente a lo que se forma o también una influencia externa.

FORMAR: Dar forma a algo… Juntar y congregar personas o cosas uniéndolas entre sí para que hagan aquellas un cuerpo y estas un todo… Dicho de dos o más personas o cosas: hacer o componer el todo del cual son partes… Criar, educar, adiestrar… Poner en orden. Formar el escuadrón… Dicho de una persona: Colocarse en una formación, cortejo, etc. … Dicho de una persona: Adquirir más o menos desarrollo, aptitud o habilidad en lo físico o en lo moral.

Lo más interesante, cuando forma se convierte en verbo, es que aparece la mención directa de lo educativo, tanto en el sentido de acción educadora, como de sus consecuencias. Adicionalmente, se hace explícito que formar, se refiere a distintas modalidades educativas y también a variados aspectos de quien se forma: Desde criar hasta instruir y desde lo físico hasta lo moral. Además, ya aparece la idea de desarrollar asociada a formar.

El otro significado novedoso de formar, es el de unir o congregar partes o personas en un todo ordenado; de modo que formar, no solo se refiere a delimitar el contorno de algo, sino también a su organización interna.

FORMACIÓN: Acción y efecto de formar o formarse. En este término, el más interesante para nosotros, aparecen de nuevo y de manera más explicita, las dos ambigüedades principales que encontramos anteriormente: Una que se refiere a la formación como proceso o resultado y la otra, a la acción externa de formar algo o de formarse.

En síntesis, podemos deducir de la anterior revisión etimológica, que formación es un término tan policémico, que contiene significados, aparentemente, contradictorios o por lo menos ambiguos, como los siguientes:

- Criar, educar o adiestrar.
- Desarrollo físico o moral.
- Esencia o apariencia.
- Mejoramiento propio o adecuación a un modelo externo.
- Causas intrínsecas o externas.
- Ordenamiento interior o ser parte de un todo.
- Procesos o resultados.
- Modo de ser o de hacer.

Después de estas aclaraciones, sobre los múltiples significados de formación en el vocabulario corriente, podemos plantear el problema que más nos atañe: ¿ Qué nos sugieren éstos significados, acerca de una Educación Formadora?
Es obvio que una respuesta adecuada a la pregunta, supera las posibilidades de estas reflexiones, puesto que es una tarea colectiva y seguramente interdisciplinaria. Sin embargo, podemos aclarar algunas de las implicaciones educativas de cada uno de los anteriores significados.

En cuanto a criar, educar y adiestrar, parece que la formación no es una modalidad ni un nivel educativo, sino una cualidad que aquellas y estos pueden tener; ocurre en las situaciones educativas más informales y en las más escolarizadas: En la familia, los grupos de pares, la escuela, el trabajo y en los medios de comunicación masivos. En todas estas circunstancias y en otras, se pueden dar condiciones formadoras, deformadoras y transformadoras de la persona.

En cuanto al desarrollo físico o moral, no es suficiente caracterizar la formación con referencia a dimensiones abstractas como lo valorativo, lo político, lo cognitivo, lo afectivo o lo corporal. Se requiere precisar cómo es que la persona puede asumir, en situaciones concretas, las cualidades personales correspondientes.

En cuanto a la esencia o la apariencia, se trata de lograr que el potencial humano de la persona le otorgue identidad y se manifieste en su mentalidad, carácter o estilo de vida.

En cuanto al mejoramiento propio o la adecuación a un formato externo, la formación conlleva un compromiso con la excelencia, en el doble sentido de realización personal y de correspondencia con un modelo, unos principios o unos ideales culturales.

En cuanto a las causas intrínsecas o externas, la formación depende inevitablemente de la propia iniciativa, de la persistencia y de las interacciones con los demás. Esto lo recoge muy bien la afirmación: Nadie forma a nadie, pero nadie se forma solo. De esta manera se resalta el papel crucial que cumple la calidad de las interacciones en la formación, especialmente en la relación maestro – alumno.

En cuanto al ordenamiento interior o ser parte de un todo, la formación genera la armonización de los rasgos de la persona en una unidad coherente, que es lo que normalmente se llama Formación Integral; sin embargo, también se refiere a su

pertenencia a una comunidad, en donde estos rasgos son valorados.

En cuanto a los procesos o resultados, estos últimos se incorporan permanentemente al proceso de formación, al contrario de lo que ocurre en las actividades productivas, donde los resultados son posteriores y diferentes del proceso que los origina. La formación es proceso y resultado a la vez, es autoconstrucción interminable de si mismo.

En cuanto al modo de ser o de hacer, la principal característica de la formación, es que desarrolla en quien se forma un modo propio de ser y de proceder. No se limita solo al aprendizaje de contenidos curriculares, tradiciones o prácticas sociales, sino que se refiere a que le ocurre a la persona con los valores, conocimientos, actitudes y comportamientos aprendidos.

Estas respuestas parciales a nuestras inquietudes educativas sobre la formación, nos sugieren nuevas preguntas para orientar nuestras reflexiones y esfuerzos investigativos sobre procesos específicos de formación. Terminamos con más preguntas que las iniciales, lo cual es de la esencia del quehacer académico.

El avance no consiste en tener menos preguntas, sino en que las que formulemos sean cada vez más orientadoras y susceptibles de respuestas confiables y convincentes. Por ahora se nos ocurren las siguientes:

¿Cómo se vuelve formativa una modalidad de educación y cuándo entra en contradicción con otras?

¿Cuáles son las cualidades personales concretas, que corresponden a dimensiones generales de la formación?

¿Cuál es la mentalidad, el carácter o el estilo de vida específico que queremos contribuir a formar y cuales sus manifestaciones?

¿Qué correspondencia hay entre las aspiraciones personales de formación y los ideales institucionales de ser humano que las orientan?

¿Cómo se articulan condiciones e influencias externas, con el dinamismo personal de la formación?

¿A qué tipo de comunidad se vincula quien se forma y con qué requisitos de integración?

¿Cómo es que los resultados del proceso de formación, se van incorporando al aprendizaje y a la enseñanza?

¿Cómo ciertos aprendizajes se convierten en un modo personal de ser y de proceder?

Espero que estas consideraciones sobre la formación contribuyan a su mejor comprensión, como fenómeno educativo fascinante. La aclaración etimológica del término, nos permitió precisar un poco más el significado de la formación, como concepto educativo. Debemos continuar con análisis más especializados, desde diferentes perspectivas disciplinarias, resultados de investigación y experiencias educativas, para seguir refinando nuestra comprensión del concepto.